jueves, 20 de diciembre de 2012

Canto a Kunultüaen, parte final del nuevo poemario


CANTO PRIMERO


La plegaria


¡Yallemai…! ¡
Oh Glorioso Espíritu de Künultuaen!
he desandado los siete caminos
he regresado al lugar donde reposan los huesos de mis muertos
he descifrado el enigma del monje de la montaña
he escuchado el canto divino del Hombre-Dios con rostro de malaquita
me he sumergido en la laguna sagrada a los pies del Gran Sol del Amanecer
he caminado de la mano de la Gran Machi Muerta
que me ha enseñado el camino de las caracolas
he fumado el espíritu de las hojas del tabaco que unido a mi propio espíritu
ha sanado el cuerpo de los infantes moribundos
he visto florecer la higuera en Noche de San Juan
he presenciado la muerte de mis hermanos en manos de la Mala Madre
he escuchado el llanto sin alma del mongólico
he visto la luna alumbrar mis sueños
he conocido el alma de los chilcos azules
he visto moverse el girasol
he visto fecundarse la amapola
he bebido el elíxir del recuerdo preparado en la olla de los duendes
con aguas de cedrón
canelo
raspaduras de pehuén
estragón de la generosidad
tomillo del valor
y sangre menstrual que ha abierto el gran túnel de la memoria
he bajado los Siete Escalones en tierra extraña
he luchado contra los Cuarenta Miedos
los Cuarenta Miedos enmascarados con mi propio rostro
me han encarcelado
¡Oh Poderoso Espíritu de Künultuaen!
¡Oh Poderoso Espíritu de la Libertad de mis antepasados!
¡Ayúdame!
Mi espíritu prisionero te llama
los Cuarenta Miedos me han encarcelado y tienen propio rostro
el espíritu del retumbar de mi kultrún grabado con tu nombre te llama
los Cuarenta Miedos me han encarcelado y tienen mi propio rostro
el espíritu del fuego y calor de mi fogata te llama
los Cuarenta Miedos me han encarcelado y tienen mi propio rostro
el espíritu del piñón noble hijo de la araucaria te llama
los Cuarenta Miedos enmascarados con mi propio rostro me han encarcelado
¡Yallemai…!


–ooOoo–









CANTO SEGUNDO


El vuelo


¡Yallemai…! cantemos
es noche de tormenta los rayos truenos y relámpagos quiebran el infinito
los Dioses los hijos de los Dioses y los humanos se acarician
el Gran Espíritu de Künultuaen me acaricia
mi padre me lame los ojos
su rostro gigantesca boa se introduce entre mis piernas
el silencio golpea las paredes y la voz aguda de mi abuela
La Machi nos invita a comer pedazos de Dios en la carne de cuatro
gatos la ruca arde y el fogón quema en un rincón
mi hermana remueve su vientre con palillos de plata que expulsan a la bruja
el loco vuela entre los árboles
pidiendo a gritos que lo salven del inminente horror de la cordura
la zorra entra a la ruca y me mira
me olfatea me reconoce y me mira
desolla mi piel con sus garras de plata
y me mira
me mira y en sus ojos
veo a mi abuelo hundir un largo estilete de plata en el pecho de mi abuela
veo la sangre surgir por entre los pálidos labios de mi abuela
mientras bendice a mi abuelo y le rinde su última declaración de amor
la zorra me mira
y en sus ojos
veo al hombre cruel golpear el vientre preñado de la albina
mientras la mujer se retuerce colgada de las rejas en espasmos de dolor
y da a luz un feto azul
la zorra me mira
y veo a mi hermano revolcarse en la cama con otro hombre
que es él mismo
aunque por momentos toma el rostro de un ave, un ángel
o un andrógino
mientras que debajo de la cama asoman cabezas de enanos
cubiertas con diademas de plata que me miran y ríen
la zorra me mira
y veo el odre oscuro por el musgo de la humedad desbordarse
en un torrentoso río que inunda mis pies
mis piernas
mi cuerpo
y me arrastra
me arrastra lejos de la ruca
lejos de mí misma
y mientras me sumerjo entre las olas del odre puedo también volar
y me transformo en un gigantesco pájaro de pico anaranjado que come serpientes
las que al llegar a su garganta se convierten en setas
y las setas pasan a través de su garganta que es mi propia garganta
la que se estrecha se estrecha se estrecha
y entonces ya no es más mi garganta
sino un profundo laberinto de siete túneles abiertos en siete hasta el infinito
con paredes cubiertas de arañas por las que resbala un manto de rocío negro
que cubre casi por entero los altos helechos que crecen
entre la humedad de los rincones al amparo de los fantasmas
y entre las profundidades del agua-túnel-laberinto veo a la zorra
y veo en sus ojos el cuerpo muerto del hombre amado
y los cuerpos mutilados de los vivos que ocultan pudorosamente sus miembros
mientras arrojan claveles rojos sobre las aguas que caen como cataratas sobre la ruca
y la zorra me mira
y entre sus fauces veo abierta la Gran Montaña
la Montaña Roja del Sueño cubierta de piedras azules
y vidrios pedazos de arcoíris
donde me encontrara por primera vez al monje que me diera la bienvenida al suicidio
al suicidio de la muerte y me doy cuenta
que allí está de nuevo esperándome
su ropaje oscuro ha reverdecido
sus tatuajes de dragones han reverdecido
su saliva-animal ha reverdecido sin embargo
su voz se asemeja extrañamente al canto del Hombre-Dios con rostro de malaquita
y a la voz que me ordena todas las madrugadas que ordene a mi cuerpo
retornar al lugar donde reposan los huesos de mis muertos
y a la voz de mi abuela la Gran Machi Muerta
que me enseñara el camino de las caracolas
y escucho una voz que es la voz de todos
y es mi propia voz que me dice ¡Bienvenida a la vida zorra-alada!
y miro a la zorra a los ojos
y me veo a mí misma removiendo los carbones ardientes de un brasero de cobre
con asas de plata y entre las llamas de los carbones
las manos de mi amante acariciando el fuego
y miro a la zorra a los ojos
y me veo entre los brazos de una mujer desdentada que ríe
mientras yo huelo su sudor a leche fresca
y miro a la zorra a los ojos
y me veo a mí misma corriendo sin destino por entre las araucarias
y todo se oscurece
y siento a mi alrededor la presencia de los Cuarenta Miedos enmascarados con mi propio rostro
y grito y miro a la zorra a los ojos
y veo cómo los Cuarenta Miedos tiemblan y caen bajo el rayo de mi voz
y veo en los ojos de la zorra los Cuarenta Miedos muertos
y de entre ellos emerger mi verdadero rostro
y me reconozco en mis ojos de carey, mi pelo de carey mi boca de carey y canto
y canto porque mi espíritu de libertad se ha unido al Gran Espíritu de Libertad
al Glorioso Künultuaen Alma Plateada
y canto ¡Yallemai…!



–ooOoo–


 
CANTO TERCERO


El encuentro


¡Yallemai…!
¡Oh Glorioso Künultuaen!
tu espíritu de libertad se ha unido a mi espíritu de libertad
tú y yo somos uno
te suplico baja aquí en este cementerio sagrado
en esta tierra sagrada
y transforma el duelo de la muerte en fiesta de vida en fiesta de fertilidad
en gozosa fiesta en próspero Ñillatun
por ti he caminado los siete caminos
abierto las siete puertas
subido las siete montañas
por amor a ti vengo de muy lejos vengo
baja aquí y ordena que tus cuatro hombres-guerreros
recojan los cuerpos muertos de los Cuarenta Miedos enmascarados
y los hundan en profunda sepultura
baja aquí que necesito ver tu rostro de libertad Huillifucha
el Dios Madre del Viento Sur me ha dicho que este es el lugar sagrado
me ha dicho que este es el tiempo sagrado
el viaje ha sido largo
el espíritu del motemei mi único alimento
el espíritu del mudai encerrado por siete siglos en las siete vasijas mi única bebida
el espíritu del humo de las hojas elevándose en el cielo
mi única voz para llegar a ti por ti
y en tu búsqueda he desenterrado a mis muertos por ti
y en tu búsqueda he abandonado mi tierra por ti
y en tu búsqueda he volado sobre las siete montañas
mi espíritu te busca
la escalera de plata está izada
la campanilla de plata te llama
mi corazón cuelga de los más alto de la escalera de plata
y el sacerdote el Ñillatufe anuncia tu llegada
la serpiente asesina huye despavorida y se sumerge entre las fauces del volcán
del gran volcán
la luna naciente alumbra con reflejos de plata
pedazos de luceros caen sobre la tierra
el reflejo de plata cae sobre la tierra
el misterio se abre
el metal fecunda la tierra
¡Bienvenido Glorioso Espíritu de Künultuaen!
¡Bienvenido Espíritu Plateado!
tienes el rostro del espíritu de Dios
los ojos del espíritu de mi padre
las manos del espíritu del hombre ¡Glorioso Künultuaen!
desata mis pies libra mis manos
coloca tu mano sabia sobre mi boca
acaricia mi boca
besa mi boca y dame el sagrado espíritu de tu propio espíritu
¡Glorioso Künultuaen!
gracias por haber abierto la sagrada puerta
la misteriosa puerta
la secreta puerta
la buscada y revelada puerta de la libertad
¡Yallemai…!



–ooOoo–

1 comentario:

  1. Un tremendo trabajo poético, Mónica. Tienes toda mi admiración, y...ya ves, me arranqué un poquito hasta tu espacio!

    Saludos.

    PD ¿Y el libro en papel?

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